Te he buscado tanto;
y hoy que te he encontrado, sé que no
hay nadie más. Nunca he sido una santa; debo confesarlo ya, con honestidad.
Fueron tantas horas, tan sola y triste, hasta que
te vi. Tú llenas mi vida, tú
llenas mi alma; por eso siempre quédate aquí. Sólo déjate amar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario