27.7.10

La mujer del Espejo.

"La aguja del reloj, no se dignaba a marcar las ocho, para así de una vez por todas poder irme a casa, ese día a pesar de no haber tenido demasiado trabajo, se me había hecho eterno…el teléfono me distrajo en mi cuenta regresiva, y en cuanto la llamada termino, 5 minutos ya habían pasado de las ocho, jamás tarde tan poco en agarrar mi campera, mis cosas, y huir del edificio, con todas las ganas de no volver más. Afuera era de noche, poca gente en la calle, quizás por el frio, quizás por la hora, pero las calles estaban más que cómoda para caminarlas; hice memoria si en la heladera me esperaba algo…y creo que no había mucho más que una leche y alguna que otra manzana añejada, repentino cambio de planes…desaforada búsqueda de una pizzería que calmara mi hambre. Mire cada uno de los posibles lugares, pero a cada uno le encontraba algo que no me agradaba, así me fui demorando un buen rato en la decisión, creo que ya eran como las 10 de la noche, cuando en la vereda de enfrente veo una pizzería pequeña pero muy bonita que me trajo recuerdos de los lugares a los que iba a comer con mi familia de pequeño, sin dudarlo un segundo más me cruce para entrar en ella. Era más pequeña de lo que me parecía, no había más de 10 mesas y una barra amplia que la decoraba sobre la derecha del local. Era una barra de madera de no menos de 10 metros y por detrás a lo largo de ella la decoraba de frente un espejo enorme. Las mesas estaban todas ocupadas, solo quedaban las banquetas de la barra que creo que eran 8 y estaban todas vacías, detrás de la barra solo estaba el hombre que atendía (bastante mayor), me senté en la primera de las banquetas ( la de la punta de la barra) y sin una sola duda, pedí lo que iba a comer. El hombre, muy amable no tardo demasiado en traerme la comida, de fondo sonaba un tango, que ahora no recuerdo…comía tranquilo cuando, aburrido, fije mi vista en el espejo, y vi, casi a mis espaldas en la mesa que estaba justamente atrás mío, a una mujer sentada sola, pero no era cualquier mujer era LA MUJER…una mujer de pelo negro, ojos marrones, grandes, una hermosa boca roja, carnosa, para mi gusto…INCREIBLE. Me hice el distraído, como si no la hubiera visto, desvié mí vista de ella y la pasee por el resto del local, hasta que la desvié del todo para devolverla a mi plato. Creo que la mire unas 30 veces más, algunas veces muy discretamente, algunas como me salía, hasta que decidí que lo mejor era mirarla cara a cara sin la ayuda del espejo, gire despacio mi cabeza con la terrible sorpresa al llegar a la mesa, que ella no estaba allí…mire hacia la puerta, mire hacia el fondo del salón, NO ESTABA, no entendía nada, volví a mi lugar, volví a mi plato, seguí comiendo, pensando en cómo se me había escapado esa belleza de mujer, seguí comiendo; mire el espejo sin querer y terrible sorpresa la mujer me miraba desde el espejo, casi me muero…fue una sorpresa rara, muy rara, aunque me gusto. Termine mi comida y aunque no tenía más hambre, las ganas de”” quedarme con ella “”me pidieron un helado, nos mirábamos los dos, hasta que otra vez no aguante mas y me di vuelta de un golpe para ir de una vez a hablarle, y juro por dios que casi me muero al ver que no estaba, fue una sensación horrible, gire despacio hasta mi lugar, con miedo o con algo así como miedo, las ganas del helado se me habían ido de un solo golpe, estaba ahí adelante mío, y lo veía derretir con tal de no mirar el espejo…pero me pudo más la duda, levante mi vista y estaba ahí de nuevo, no pude mas, pague y me fui casi corriendo, el hombre no entendía nada, ni el helado sin tocar, menos mi repentina casi huida, y mucho menos mi cara de espanto. Me tome un taxi, no cruce palabras más que para decir a donde y preguntar cuánto era, subí a mi casa, entre rápido, sin mirar espejos ( terrible trauma recientemente adquirido) ni me desvestí y me fui a dormir, sin la mas mínima gana de recordar nada de esa cena, me dormí, la soñé, obvio no descanse. Pasaron varios días en los que no hubo manera que dejara de pensar, de tratar de entender, obviamente nadie se entero de lo sucedido (dudarían aun mas de mi cordura) justo a la semana, no soporte mas la duda, y me fui de nuevo a la pizzería, esta vez a diferencia de la anterior no estaba llena es mas solo una banqueta de la barra y dos mesas del fondo estaban ocupadas, la mesa en que la “había visto” estaba casualmente desocupada, lo pensé, y fui y me senté en ella haciendo (por ahora) fuerza por no mirar al espejo, acomode los cubiertos cómodamente delante de mí, bebí de mi vaso de agua, espere mi comida, y ni bien el plato estuvo allí, gire la vista hacia el espejo lentamente, con los ojos entreabiertos , como queriéndome demostrar que no quería mirar, o que si…y si, de apoco acorde mi vista entraba en foco, ella entraba en escena, con su cabello negro azabache recogido, su piel blanca, sus ojos marrones enormes, y una sonrisa, gigante y de algún modo cálida, me clavaba su mirada, no la bajaba, estaba vestida con un vestido negro escotado.¿ que hacía, como trataba de empezar una conversación con un espejo?, sin que el alrededor no creyera que estaba loco, peor aún, ¿como hacía para que el espejo me contestara?… hizo un gesto en su cabeza como saludándome, lo conteste levantando mi mano, seguido de –no, no señor está bien, no era a Ud. que lo llamaba- el viejo pensó que lo llamaba. Dios esto sería más que difícil ¿me estaré volviendo loco? Igual es hermosa. Comí mirándola, dejándola mirarme, ella sonreía, pedí mi cuenta, ella me hizo un gesto señalándose a ella y a mí, yo entendí que solo quería que la acompañara…era loco, pero era lindo, de ultima estábamos los dos en igualdad de condiciones, yo para ella también solo estaba del otro lado del espejo, la salude, espejo de por medio, me envió un beso vía sus manos ( el más lindo, sexi y dulce que había visto hasta en películas)me levante y me fui con la promesa en la mirada de que a la semana siguiente volvería. Yo no era un hombre muy sociable, no había estado con demasiadas mujeres, más bien era algo retraído y bastante tímido e inseguro, pero con ella me sentía un galán, podía sostenerle la mirada, podía ser el mejor, me creía el mejor. Pasaron las semanas, y las cenas de los martes los tres juntos, ella el espejo y yo, nos fuimos conociendo, como podíamos, con miradas (jamás pensé que pudiese decir tanto con solo mirar) me sentía acompañado…el tiempo pasaba, y mientras pasaba, fui conociendo a una mujer en mi trabajo, era buena, me quería, me respetaba y hasta me entendía al mirarla( aunque no era tan bella como la del espejo) la fui queriendo, y cuando me di cuenta, hacia meses que estaba casado, ella embarazada, yo algo más gordo, trabajaba menos horas, y de la pizzería hacia meses que no sabía nada, un martes como tantos de aquellos pase, algo más temprano que de costumbre pase por la puerta, no quise entrar, me sentía culpable, la había dejado sola y quizás esperándome, cuando ella siempre era puntual, es mas siempre me había acompañado aunque lloviera… mire de reojo desde la vidriera al espejo, y allí estaba ella con la mirada más triste que jamás había visto, desalineada, me sentí terrible y me fui casi corriendo…la culpa y la nostalgia me duro lo que le quedaba al otoño, y con la primavera llego mi hijo, si que se parecía a mi…cambie de trabajo, me pelee varias veces con mi esposa, compre un auto, me ascendieron, y un día solitario por lo que era mi barrio,, recordando un poco mi pasado, mientras hacía tiempo para que llegara mi mujer, me encontré a media cuadra de la pizzería, camine rápido , como para tener un momento, y contarle de mi, bah , de mirarla, es como que la había extrañado, pero la pizzería no estaba, en su lugar una tienda para mascotas se había llevado todo hasta el espejo, entre pregunte si sabían algo del viejo, la empleada muy amable me comento , que el dueño era ya muy viejito para ocuparse del negocio y que ahora le rentaba el local a ella, a cambio de un módico alquiler, le pregunte por las cosas que allí había, y me comento, que si no recordaba mal las habían vendido en una casa de demoliciones de san Telmo, pero que no recordaba ni el nombre ni la dirección, agradecí y me fui, ya me esperaban en la esquina. Estaba decidido, pensaba emplear, algunos días de mis vacaciones en encontrar esa casa, y buscar ese espejo, le debía una disculpa, y algo más. Recorrí una por una, sin tener novedades, los dias pasaban, pero no tenía en mente desistir de mi búsqueda, ya que no habían sido muchas las veces que había emprendido algo y que lo hubiese sostenido en el tiempo, un martes, encontré una de las últimas casas que me quedaban en la lista, entre, pregunte, di los datos de la pizzería, y el joven que la atendía consulto al encargado, con la suerte de que si era ese el lugar, consulte por el espejo, pero me dijo que ahí dudaba que tuviera suerte, al retirarlo se había roto en varios fragmentos, y a pesar de que era de muy buen vidrio y toda una reliquia, dudaba de que hubiera por algún lado algún fragmento , aunque , fue al depósito en su búsqueda, habría pasado algo más de una hora cuando retorno con un fragmento de metro y medio, por metro de un espejo todo sucio, me comento, que seguro que era lo que yo buscaba, pero que solo se trataba de uno de los extremos, que el resto no estaba, le pague , lo envolvió cuidadoso sucio aun, y me lo lleve feliz como pocas veces. Mi casa era amplia y contaba también con un altillo luminoso, ni bien llegue salude, no conté nada al respecto, el bebe me ayudo con un oportuno llanto, como para que me escabullera directo al altillo a buscarla. Limpie cuidadosamente el espejo lo apoye sobre el aparador viejo de mi madre como para darle la altura que antes tenía lo acomode, lo asegure, improvise con una mesita de luz una mesa de bar, use dos cajones como silla, mire rápido y esperanzado el espejo, pero nada había…bueno, es lógico, era de tarde, un grito desde abajo me arranco casi de un tirón de mis pensamientos, le dije que la esperaría pronto allí, que se sintiera cómoda, que estaba en casa, baje. Cene, me fui a dormir, sin poder evitar al irme a dormir, sentirme casi feliz, por creer que ahora tenía todo lo que quería. Sabiendo que para ser feliz no tenes que ver que tenes todo lo que deseaste o deseas, si no sentirlo tuyo, o con vos." ¿Te gusto? Leé más acá; http://arielplencovich.blogspot.com

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